viernes, 15 de mayo de 2015

Morir de contento, no de viejo.

"Se muere todo el mundo, todos los días...no hay ningún problema por eso. [...] Lo que me parece extremista total es que, sabiéndolo, ¿cómo es que la gente no aprovecha la vida? ¿Cómo es que si te gusta algo no lo haces al máximo, al extremo? ¿Cómo es que eres tan gandul y te quieres tan poco a ti mismo que no luchas? [...] la gente que se preocupe por saber si les importa su vida y si cuando llegan a viejos, si quieren llegar y, si llegan, que piensen y miren atrás y estén contentos. Y miren atrás y el corazón les hierv dentro del pecho y les golpee con tanta fuerza que les doble las costillas...pero de alegría [...] Quiero morirme de contento, no de viejo, de contento quiero morirme."



Hoy, me hubiese gustado subir la última crónica de esquí de travesía del año, pero un problema con el material audiovisual me está retrasando en la publicación. Además, este fin de semana toca ir a recabar información para aumentar la web, así que he decidido dar continuidad al blog con una entrada algo distinta, que nada tiene que ver con una actividad mía, sino que puede ser la filosofía con la que voy a cada una de ellas. Esta reflexión la extraje de un documental sobre Pau Escalé, un escalador de hielo que planteaba su forma de ver la vida y de vivirla, distinta a lo socialmente aceptado y establecido.

En realidad se trata de un vídeo bastante conmovedor, de esos que te remueven por dentro. En el mismo, Pau narra su pasión por la escalada en hielo y como vuelca todos sus recursos y su alma en esa gran afición porque es lo que le llena. En definitiva, lo que quiere enseñar es la importancia de hacer lo que cada uno quiere en cada momento y luchar por eso que te hace sentir vivo. No intenta convencer a nadie para que practique su afición, simplemente trata de que tengamos la misma pasión que él para realizar aquello que nos llene a cada uno. En definitiva, que nos activemos de una vez para cumplir con lo que nos gusta y no dejemos pasar ni una sola oportunidad de sentirnos vivos.

Quiero destacar una parte en la que realiza una de las reflexiones sobre la vida más crudas y reales que he escuchado y que me encanta por la naturalidad que transmite al decirla, como si no pudiese ser de otra manera:



Para aquellas personas cercanas, amigos y familia, que entran en este blog pero que no tienen esta pasión por la montaña quiero aclarar que lo que realizaba este hombre es el extremo de estos deportes, asumía el máximo riesgo porque es lo que le llenaba. Eso no lo comparto con él, el riesgo no me hace feliz, pero sí la montaña desde todos sus prismas o formas de verla y allí seguiré yendo mientras pueda.

Me conformaría sabiendo que, a raíz de este documental, una única persona de mi entorno, ha decidido cambiar y comenzar a vivir la vida para que cuando llegue la inexorable muerte, nos encuentre contentos y satisfechos con lo vivido. 

Comparto el documental completo del cual recomiendo enfervorecidamente invertir media hora en verlo.


"Pau Escalé. Go to the Parad-Ice" (subtítulos castellano) from Zeba Produccions on Vimeo.


viernes, 8 de mayo de 2015

Aperturista vs Reequipador...¡que comiencen los barrancos!

Parte final del Artazul
Foto: AEM Trasmiera.
Ahora que se avecina la temporada de barrancos, me he puesto manos a la obra para refrescar ciertas cosillas y aprender otras muchas nuevas. En este sentido, he encontrado varias referencias sobre la apertura o el equipamiento de barrancos. Hasta no hace mucho, no me había planteado la diferencia de ambas actividades y, mucho menos, me había planteado todas las discrepancias éticas que se pueden mantener entorno a estos aspectos y, más aún, las responsabilidades existentes en las mismas.

Cuando te inicias en esta actividad, estás más preocupado en adquirir las técnicas de progresión y reconocimiento del barranco. Prestas toda la atención en interpretar dónde deberían de estar las instalaciones, los destrepes e identificar y valorar los peligros que van apareciendo durante el avance. Así, parece que la instalación siempre estuvo ahí, que nace por misericordia del punto más adecuado de la cascada y que, además, se encuentra en óptimo estado.

En el momento en el que nos empezamos a familiarizar con estos aspectos, para nada sencillos de advertir y de los que nunca dejas de aprender, y recobrando el agnosticismo que habías perdido, dejas de creer en la misericordia y empiezas a plantearte nuevas cuestiones. De aquí que me haya fijado ahora tanto en el valor de equipar un barranco, tanto en su apertura inicial, como en el reequipamiento y mantenimiento del mismo.

Hay muchos tipos de barrancos. Desde los que son descendidos cada día por decenas de barranquistas, en los que encontraremos instalaciones de primera y con un mantenimiento óptimo, hasta los que se abrieron una sola vez y nadie más asoma el morro por allí, en los que lo más probable es que lo que se instaló esté completamente inservible.

Voy a intentar desglosar lo que para mí son las principales diferencias entre el aperturista y el reequipador y lo que se deben plantear cada uno de ellos en su actividad.

Instalación en la que no se tuvo en cuenta la crecida.
Foto: Toño C.

En primer lugar, el aperturista es aquel barranquista que realiza por primera vez el descenso de un cañón. Éste, debe utilizar los elementos que va encontrando a su paso para superar los obstáculos que se le plantea en cada momento. En esta progresión inicial, el aperturista es imposible que sepa o intuya cómo actúa el barranco en caso de crecidas ni, en muchos casos, como es la recepción de las pozas a las que se aventura. Es por esto que instalará por primera vez en las cabeceras de los resaltes donde en ese momento entienda que mejor le viene para su progreso, pero no tiene la obligación de dejar una instalación segura para el que viene detrás.

Además, éste podrá utilizar unos elementos de instalación de menor “resistencia” o anclajes naturales, que le serán suficientes para superar el obstáculo en ese momento, pero que no tendrán por qué garantizar que sean seguros para  el siguiente que venga ni que su conservación en el medio vaya a ser idónea.

Pasamanos para acceder cómodamente a una cabecera
Foto: Jonathan A. (Barranco Cicera)
Por otro lado tenemos la función de reequipar. Para este menester la precaución y puntos a tener en cuenta por parte del equipador debe ser mayor. A la hora de reequipar no tiene porque hacerse en la instalación inicial, sino que en este caso se intentará recoger los datos que se puedan sobre crecimiento del caudal, comportamiento del agua en ese determinado punto y la recepción de la poza. Recopilando toda esta información, se deberá establecer la nueva reunión en el lugar más idóneo: Evitar roces, buscar una recepción cómoda, acceder a la cabecera de manera segura, evitar riesgos objetivos del medio (rebufos, remolinos, marmitas trampa, etc.), entre otros. Además, los elementos de instalación que se utilicen tendrán que ser lo más seguro y resistentes posibles. En el caso de artificial, se recomienda instalar con dos químicos, bien con sendas anillas por las que pasar la cuerda, bien unidos con una cadena para ecualizarlos. Si la instalación fuese a un elemento natural como árboles, puentes de roca…se deberá realizar una supervisión mayor del material utilizado dado que se expone a un desgaste más rápido. Es decir, los cordinos, cuerdas o cintas que se utilicen, son más débiles y corremos el riesgo de encontrarlos en peor estado.

Sobre el reequipamiento hay una fuerte lucha filosófica sobre si se debe adaptar el barranco para que pueda acceder el mayor número de barranquistas, o si por el contrario, se debe invertir en depurar y mejorar la técnica individual manteniendo la esencia primaria del descenso de ese barranco.

En el primero de los casos, supone normalmente realizar un mayor número de instalaciones para que barranquistas con un nivel inferior puedan igualmente realizar la progresión de una manera segura. La segunda de las posturas afirma que esto desvirtúa la esencia de este deporte o que supone una pérdida de la belleza de cada cañón. Apuestan por una mayor concienciación de la gente que queremos dedicarnos a este deporte y una inversión individual en la técnica y forma de progresar.





¡A ver de donde nos colgamos!
fuente foto*(1)
Como dirían en un conocido programa, ahí os dejo las ideas, vosotros mismos saquen sus conclusiones. Lo que sí me aventuraré a decir es que, como quiera que sea la filosofía apoyada, deberíamos tomar conciencia de que es un deporte con muchos factores de riesgo y que está en nuestra mano reducir en lo posible los riesgos que sí podamos controlar. Por tanto, una adecuada formación, depuración de la técnica y una preparación de la actividad antes de realizarla son unas funciones primordiales. Debemos alejarnos de la idea de que me lleven a hacer un barranco o de depender de los demás e intentar ser autosuficientes, tanto de material como de técnica. Así haremos la actividad más segura tanto para nosotros como para los que nos acompañan.

Respecto a la responsabilidad del reequipador, debe asumir que está instalando para que la persona que viene detrás se encuentre una reunión segura. Es decir, los siguientes grupos, aún tomando sus precauciones de comprobación, deberán de ir encontrándose unas instalaciones que, en teoría, serán seguras y se encuentran en la posición más adecuada para superar el obstáculo que se les antepone.



Por último, no querría cerrar esta entrada sin agradecer a todos aquellos compañeros que invierten su tiempo y recursos en realizar esas labores de instalación y mantenimiento. Además, resaltar el respeto al medio y la pasión por este deporte que demuestran. ¡Chapeau!

Descenso de Barrancos: Técnicas Avanzadas. - Varios autores (Ed. Desnivel).

Fuente de foto *(1): http://dondenosllevenlospies.blogspot.com.es/2010_09_01_archive.html

lunes, 4 de mayo de 2015

Santificarás las fiestas (Bonus Track): Pico de la Miel y Castro Valnera desde Estación.

Nos volvimos de Pirineos, pero eso no significa que se acabaran nuestras esquiadas en Semana Santa.
Jonathan y yo, tras darnos una jornada de descanso y reflexión, quedamos en Santoña el lunes 6 con la intención de hacer la última del Castro de la temporada.
Comienzo del ascenso con los remontes al fondo.
Aparcados en la estación de Lunada a las 10:30, no perdimos ni un segundo para comenzar el ascenso a la derecha de los remontes. En 30 minutos y foqueando a media ladera, nos planteamos subir al Alto de las Corvas (1.563 m.) en primer lugar para disfrutar de las vistas desde este punto. El viento nos obligó a regresar rápidamente y, evitando perder altura, nos dirigimos al primero de nuestros objetivos, el Pico de la Miel. A las 11:45 ya estábamos en la cima, desde donde contemplábamos todo el valle del Bernacho, el Castro Valnera, La Cubada Grande, etc. y donde pudimos comprobar que la nieve estaba volando a pasos agigantados.
Al fondo el Castro Valnera y el tubo que posteriormente descenderíamos
Foto Jonathan A.
En ese momento, se nos junto otro travesero que había iniciado el trayecto solo, pero que, al comentarle nuestro “planning”, decidió sumarse a nosotros.
Ahora los tres, realizamos un descenso por una pala SE bien pronunciada hasta la cota de 1375 m. Ahí, dada la escasez de nieve, toca descalzarse los esquís y comenzar el ascenso a pie hasta el collado que divide ambos picos. A esa altura, vamos girando dirección SO sobre la arista que conduce directa a la antecima del Castro Valnera. Este camino se hace pesado, por la incomodidad de las botas, únicamente amenizado por los vistazos deseosos que dábamos al tubo que íbamos a descender.

Jonathan y yo en la parte alta del tubo.




Franqueando toda la arista, llegamos a la parte más alta del tubo a las 13 horas y, aunque estamos a unos pocos metros de la cima del Castro, elegimos quedarnos en este punto para comenzar el descenso. La salida es lo más espectacular al ser el punto más inclinado. La nieve está perfecta, por lo que los giros se empiezan a suceder de manera sencilla en dirección N hasta alcanzar el estrechamiento que inicia el tubo. Increíble, es la definición más correcta para esta canal de orientación NE que permite relajarse para encadenar un giro tras otro a lo largo de sus más de 450nm. de desnivel.
Yo descendiendo la parte final del tubo
Foto: Jonathan A.
Dadas las fechas y los días tan primaverales que han antecedido, nos encontramos con dos dificultades en nuestro camino. Casi en la parte final, en el último estrechamiento, en un punto deja de haber nieve y toca descalzarse para salvar unos pocos metros de Bojs. El otro punto comprometido fue unas grietas formadas por el corrimiento de nieve que nos obligó a prestar buena atención para no vernos metidos en una.
Comienzo del ascenso hacia el Pico de la Miel.
Llegamos al fondo del valle a las 13:45, momento que empleamos para comer al sol entre unos árboles antes de ascender de nuevo en dirección N hacia el Pico de la Miel. Esta progresión en continuas zetas se vuelve más costosa dado que la nieve empezaba a ponerse pesada debido a la alta temperatura. Tras 45 minutos, llegamos de nuevo a esta cima en la que quitamos las pieles por última vez para acometer el descenso final.





Ascenso donde se aprecia el estado pastoso de la nieve.
Foto: Jonathan A.

Comenzamos dirigiéndonos hasta la parte inferior del Alto de las Corvas para ya empezar a descender de manera más directa en dirección E por las pistas de la Estación de Lunada, hoy nada pisadas puesto que ésta no se ha abierto esta temporada. Llegamos abajo en menos de 10 minutos, por lo que a las 16:30 nos despedimos de nuestro compañero quien estamos seguro que volveremos a ver en otras ocasiones en esa zona.


Datos técnicos de la Travesía



Fecha: 5 de abril de 2015.
Hora Inicio: 10:30
Hora Fin: 16:30
Tipo Recorrido: Circular
Altitud Inicio: 1.270
Altitud máxima: 1.696
Desnivel: 430 metros
Tiempo Total: 6 h. 30'
Punto Salida: Estación de Lunada
Orientación Subida: SO
Orientación Bajada: NE
Observaciones: -