miércoles, 15 de abril de 2015

¡Santificarás las fiestas! (1/3: Aspe desde Aísa)

Tercer Mandamiento: Santificarás las fiestas. Pues ea, eso mismo nos propusimos unos cuantos amigos durante esta Semana Santa viajando al pirineo aragonés a realizar esquí de travesía. Se ve que esto le contentó al altísimo, que nos premió con unos días espléndidos.

Comienza el día con porteo
Foto: Toño C.

Así, el miércoles nos dirigimos a nuestro primer destino, valle de Aísa, donde atacaríamos al día siguiente el pico Aspe, el más alto de esta Sierra. Llegamos a distintas horas los 5 compañeros que realizaríamos esta primera actividad: Isi, Carlos Bilbao, Jonthan, Toño y Edu (Yo). Aparcamos las furgonetas en una de las áreas recreativas que hay en la pista que se adentra desde el pueblo hacia el valle en dirección norte. Al ser una noche despejada con un gran descenso de las temperaturas, todos tomamos la decisión de no madrugar para evitar encontrarnos con el rehielo de primera hora de la mañana.

Voy cruzando el río...




Una vez estuvimos desperezados y desayunados, abandonamos sobre las 10:45 nuestros vehículos al final de la pista (1450 m.) y emprendimos nuestro camino porteando todo el material a la espalda. Durante 30 minutos comenzamos a elevarnos de manera muy suave por el fondo del valle de Aísa hasta un punto dónde pudimos salvar el barranco de Igüer con saltos más propios de Robocop que de personas normales. Ya en el lado norte del valle, ascendemos de una manera más directa con unas preciosas vistas del pico Lecherín (para otra ocasión) y del pico Bozo, que flanquean nuestro objetivo, hasta alcanzar nuestra ansiada nieve a unos 1650 m. de altitud. Para entonces habíamos invertido una asquerosa poco agradable hora de pateo.
Empezando el foqueo dirección (N) hacia el embudo.
Ahora foqueando, pusimos dirección al conocido embudo del Aspe. Una vez alcanzado éste, a unos 1950 metros de altitud, ascendemos trazando continuas zetas a lo largo de la pala de entre 30-35º y de orientación NE. Aun siendo casi la una del mediodía, encontramos zonas sombreadas donde cantear con los esquís requería un esfuerzo extra. Lo mejor, cada segundo de respiro que nos tomábamos, era gratamente recompensado con unas vistas espectaculares de todo el Valle de Aísa.

Tras otro estrechamiento, salimos de esta larga pala (2350 m.) en la hoyada conocida como Las Llanas la cual salvamos con un ascenso a media ladera. Al otro extremo, coronando veíamos cada vez más cercano el Aspe.
Arista final hasta la cima.
Foto: Toño C.
A un buen ritmo, llegamos a la antecima y por delante solo nos quedaba una última pala de orientación E que, debido a los fuertes vientos y a la dureza de la nieve, optamos por descalzarnos y abandonar los esquís en ese collado para afrontar con crampones y piolet la última subida que lleva a la arista final. Solo Isi decidió apretar el culete y continuar con la progresión sobre los esquis (¡A este paso no amortiza los crampones!). Esta pala fue el peor recuerdo de todos, ya que unos esquiadores que descendían fueron soltando piedras de hielo que se precipitaban sobre nosotros. Tapándonos de todas las maneras posibles, salvamos la última pala y enfilamos toda la arista final para concluir en la cumbre a las 14:30 aproximadamente.

Panorámica cumbre Aspe (2.640m.)

Tras una muy breve pausa reconociendo otras cumbres cercanas (Bisaurin, Anayet, etc.) y con la cara larga de Isi por haberle privado de meterse para el pecho su pedazo de bocadillo, comenzamos a descender. Los primeros que pudieron disfrutar del descenso fueron Toño e Isi desde lo alto de esa pala que ya no estaba tan dura como en el ascenso.

Una vez estuvimos los 5 preparados, fuimos descendiendo Las Llanas haciendo pequeñas paradas para reagruparnos. Alcanzado el primer estrechamiento, una leve sonrisa y a disfrutar de la nieve primavera a lo largo y ancho de la pala con inclinación de entre 30 y 35º. En unos 10 minutos ya estábamos en el embudo que dejaba atrás esa increíble pala, pero aún teníamos por delante unos 350 metros de desnivel. Como siempre, Toño con su split fue el primero en llegar al mismo punto donde habíamos comenzado nuestro foqueo. Al alcanzarle Carlos y yo, empezamos a despojarnos de la ropa comentando la jugada. En ese momento, pasó Isi y nos advirtió que aún quedaba una lengua de nieve que se abría entre rocas y bojs hasta el mismo río. Así que, como no estamos para desaprovechar ni el más mínimo centímetro de nieve esquiable, continuamos tras él sorteando los obstáculos del camino.

Ahora sí, retorno de una media hora porteando el equipo hasta donde habíamos dejado los vehículos. Fin de la actividad a las 16:00.

Finalmente, accedimos al área recreativa donde pernoctamos la noche anterior para darnos el primer chapuzón en río de la temporada (esperamos que le sigan muchos otros pero embutidos en nuestros neoprenos, pero esta es otra película) y a comer todos juntos bajo el sol primaveral.


            DATOS PRÁCTICOS DE LA TRAVESÍA ASPE DESDE AÍSA


(c) Instituto Geográfico Nacional de España MTN25-0144
Fecha: 2 de abril de 2015.
Hora Inicio: 10:45
Hora Fin: 16:00
Tipo Recorrido: Ida y Vuelta
Desnivel: 1200 m.
Tiempo Subida: 3 horas 45 minutos.
Tiempo Bajada: 1 hora y 30 minutos.
Tiempo Total: 5 horas (porteo incluido)
Punto Salida: Final pista de Aísa.
Orientación Subida: NE
Orientación Bajada: SO
Observaciones: Recorrido sin complicaciones reseñables. Se aconseja no madrugar para evitar zonas de rehielo con mucha pendiente.


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